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sábado, 28 de febrero de 2009

Artículo: Lorenzo va de Híspalis a Roma

Lorenzo es un joven diácono. De familia hispano-romana. Su nombre Lorenzo es Laurencio, Laurente, el que reciba el Laurel, o sea el triunfador.

Ha venido desde el Norte de España para conocer el primer lugar donde el apóstol Santiago había puesto sus pies cuando vino a evangelizar la Hispania. Santiago había venido desde Roma, y, apenas llegó aquí bautizó al escultor Pío, y le dejó encargado de difundir la fe de Cristo. Y el apóstol emprendió, sandalias y báculo, el camino de Zaragoza, donde se le aparecería la Virgen sobre un Pilar, orilla del Ebro.

El joven diácono Lorenzo, inflamado de vocación decide ir a Roma. Es el año 250. Veamos, su camino, el mismo que recorrió dos siglos antes el apóstol, cruzando Hispania de sur a norte, por la magnífica calzada:

De Híspalis (Sevilla) a Carmo (Carmona); a Astigi (Écija); a Corduba (Córdoba).

A Epora (Montoro), a Ucia (San Julián); a Castalo (Linares). A Solaria (Montizón); a Mariana (Puebla de los Príncipes); a Mentesa (Villanueva de
la Fuente), a Parietinis (Albacete); a Saltigi (Chinchilla).

A Saetabi (Játiva); a Sucro (Almusafes), a Valentia (Valencia) a Sagyntum (Sagunto) ; a Ildum (Castellén de la Plana); a Intibilim (Peñíscola); a Dertosa (Tortosa); a Terraco (Tarragona).

A Antistiana (Villafranca del Penedés); a Fines (Martorell); a Arragonem (Sabadell); a Seterras (Hostalric); a Aquias Vocontis (Caldas de Malavella ); a Gerunda (Gerona).

Aquí termina la jurisdicción de la Hispania Tarraconense, y es el límite de Hispania. Sigue nuestro Lorenzo ya por tierras de la Galia (Francia).

En cada final de etapa, el joven diácono se ha ido deteniendo para visitar a los grupos cristianos. A pesar de las persecuciones de Nerón, Vitelio, Vespasiano y Domiciano, el cristianismo ha ido creciendo, como una planta regada con la sangre de numerosos mártires. Trajano, el emperador que nació en Itálica, (que era en fin de cuentas el barrio residencial rico de Sevilla, el lugar del "otium" el ocio, mientras que Sevilla era el lugar del neg-otium, el no ocio, o sea el negocio), se había mostrado clemente con los cristianos, dejándoles en paz. Pero los emperadores más adelante, Caracalla, Heliogábalo y Decio han renovado de algún modo las persecuciones aunque menos brutales.

El joven diácono Lorenzo, consuela a unos, enseña a otros y a los pocos días prosigue su camino.

En la Galia pasa por Narbo (Narbona); Baeterras (Bezieres); Nemausum (Nimes); Arelata
(Arlés). Remonta los Alpes franceses desde Ajax (Aix en Provence) y por la calzada de Orvisón que va paralela al río Durance llega a Brigantum (Briçón), donde acaba la Galia y empieza el territorio italiano.

Su corazón late más deprisa porque ya siente el aire cercano a Roma. La Roma de Santiago, la
Roma de Pedro. Ahora Lorenzo ya no se detiene porque le han salido alas a sus pies. Segusiones
(Chisone); Ocellum (Giaveno); Tayrinis (Turin); Quadrata (Asti); Laumellum (Lomello); Brambum (Pavía); Placentia (Placenza); Parma (Parma); Bononia (Bolonia); Ariminum (Rimini); Pisaurum (Pesaro), Mevania (Spoleto); Veil, ah estamos en Veil. Desde aquí, en lo alto de una loma Lorenzo mira el paisaje. A lo lejos se ven las siete colinas: Quirinal, Viminal, Esquilino, Cello, Aventino, Palatino y Capitolio. Son siete. ¿Siete?. No, hay otra más pequeña que es el Monte Testaccio. Es un monte que se está formando como su nombre indica, con tiestos. Tiestos de ánforas de aceite y de vino que llegan cada día a Roma en los barcos onerarios procedentes de la Bética, de Sevilla.

Lorenzo sigue ya hacia Roma. Y visita a Sixto. Sixto es el principal de los diáconos, el archidiácono o sea el Arcediano. Sixto le nombra su ayudante, su secretario, su familiar.

Desde el 250 al 267 Lorenzo realiza una labor impresionante. Sixto, el Arcediano, desempeña
en efectividad el papel de Obispo de Roma, pues el Papa, harto hace con atender a las diócesis de todo el orbe romana, donde hay persecuciones, conflictos con otras religiones, penuria, herejías. Lorenzo es su brazo derecho, y asiste con toda eficacia y fidelidad a Sixto.

En el año 267 Sixto es elegido Papa. En ese tiempo han muerto los emperadores, Decio en el año 251, Galo el 253, Valeriano el 260. Cada emperador dura lo que le dejan durar los guardias pretorianos. Ahora rige el Imperio otro perseguidor de los cristianos: Galieno.

Galieno tiene un terrible servidor un juez llamado Hipólito. En Agosto del año 268 Hipólito ordena una razzia para prender a los cristianos más representativos. Piensa que si corta la cabeza a la religión cristiana, el cuerpo se desintegrará.

La cabeza de la Iglesia es el Papa Sixto II, pero su brazo derecho es el diácono Lorenzo. Ambos son condenados a muerte, Sixto es crucificado. A Lorenzo le aguarda otro suplicio peor. Hipólito, el juez, quiere conocer nombres, mas nombres significativos. A Lorenzo se le amenaza con el fuego. Han traído una gran parrilla de las que se usan para el recocido de planchas de metal en la fundición de hierro. Lorenzo es acostado sobre la parrilla puesta al fuego. A medida que la parrilla se calienta más y más. Hipólito espera oir los nombres de los jefes de la Iglesia. Pero Lorenzo no habla. Es decir él habla. Lo que sus labios pronuncian no son nombres sino oraciones. Lorenzo está rezando mientras que el fuego consume su espalda, sus piernas, sus brazos.

Entonces se produjo el milagro. No el de la liberación de Lorenzo sino el de la conversión de Hipólito. El juez terrible se proclama cristiano. El emperador ordena su muerte. Los tres juntos, Sixto, Lorenzo e Hipólito entregan su vida el mismo día. La Iglesia los ha proclamado mártires y santos.

El Imperio Romano había iniciado ya su decadencia, y se anunciaba su total ruina. Tras Galieno, ya los emperadores son apenas figuras virtuales. Casi ni sus nombres aparecen en la Historia. Aureliano, Tácito, Probo, Numeriano, Carino.

Los bárbaros estaban ya empezando a golpear con sus espadas las puertas del Imperio.

El Edicto de Milán emitido por Constantino el año 311 declara libre la religión cristiana. Será lo único que perviva por los siglos, de los siglos. AMÉN.

José María de Mena
Académico correspondiente de la de Historia.

(Publicado en el boletín parroquial Tu Parroquia nº 31 de Abril-Junio de 2003).

Artículo: Virgen del Carmen

Procede esta talla del antiguo Convento del Carmen, de donde salió a raíz de la invasión francesa, pasando a continuación a su camarera, quien la donó a la parroquia.

El retablo se debe a Bartolomé de la Puerta, Blas de Castilla Noel y el escultor Jacinto Pimentel y está fechado el 10 de junio de 1630.

Está dividido en tres calles por medio de columnas corintias de fuste estriado, con frontón partido que da paso al ático. En la calle izquierda existen dos pinturas sobre tabla que representan a San Juan Evangelista y San Diego de Alcalá. En la calle derecha están las efigies de San Juan Bautista y San Pedro Mártir.

(Publicado en el boletín parroquial Tu Parroquia nº 24, de fecha Julio-Septiembre de 2001).

Artículo: San Lorenzo, cementerio parroquial

Desde los tiempos protocristianos se acostumbró enterrar a los feligreses en el propio templo parroquial o en conventos, capillas o ermitas pertenecientes a la jurisdicción de su parroquia. Era una forma de acreditar que el fiel cristiano seguía unido a su parroquia y a la comunión de sus confeligreses "iusta ad mortem et ultra ad mortem", hasta la muerte y hasta después de la muerte.

Esta costumbre piadosa duró desde la época de las catacumbas hasta el siglo XVIII en que razones de una parte sanitarias y de otra parte políticas, hicieron que se construyeran cementerios fuera de las ciudades. Las razones sanitarias, que la corrupción de los cadáveres podía facilitar el contagio de epidemias. Las razones políticas, que no haciendo los entierros en las iglesias, se conseguía alejar, a una gran parte del pueblo, de los temples, primer paso para la descristianización de la sociedad.

Así, en España, el rey Carlos IV promulgó la primera legislación disponiendo la creación de cementerios extramuros de las ciudades, disposición que no fue acatada pues una oposición mayoritaria de la población impidió su cumplimiento.

La gente no quería enterrarse en el campo, sino en "su" iglesia, en su parroquia, junto a "sus" parientes y vecinos. La parroquia de San Lorenzo, anticipándose a aquella disposición, e incluso a aquella filosofía, había resuelto el problema a su modo, haciendo una "monda" o extracción de restos óseos cuando transcurría cierto número de años, y enterrándolos en la plazuela, al costado de la Iglesia, en lo que se llamara el cementerio-osario, previa ceremonia de bendición del terreno, que de modo simbólico quedaba integrado en la propia parroquia. Tenemos constancia de ello, en el Archivo Histórico Municipal, Sección de Expedientes, Memoriales y Autos de las Escribanías Capitulares 1ª y 2ª en el Siglo XVIII", al tomo 46 de la Escribanía 2ª donde encontramos el Expediente de 1.762 en que el Párroco de San Lorenzo solicita al Ayuntamiento licencia para hacer un cementerio cercado de reja en la plazuela de dicha parroquia.

Este ejemplo fue seguido por otros párroccs. En el año 1803, para iniciar el cumplimiento de la disposición dictada por el rey Carlos IV, el Ayuntamiento de Sevilla dispone la creación de tres cementerios en Sevilla y uno en Triana. Los de Sevilla serán: 1° en la ermita de San Sebastián; 2° en la ermita de la Concepción, y 3° detrás de la fábrica del Salitre. Y en Triana el Cementerio de San José entre el Patrocinio y La Cartuja.

En 1825 el cementerio de San Sebastián había crecido, y se dividía ya en tres tramos, Cementerio de la Ciudad en San Sebastián; Cementerio de los indigentes y forasteros ignorados, en Eritaña; y Cementerio de los Canónigos y sacerdotes, en el Prado.

De les enterramientos en las parroquias ya no se vuelve a hablar. Escasamente se autoriza en algunos casos la excepción y se permite enterrar a algún personaje ilustre en algún templo, pero en tan pocos casos que no puede formarse estadística.

Pasados unos años más fueron desapareciendo en los templos las lápidas de enterramientos que cubrían el suelo. Sería curioso poder ver hoy esa pavimentación escrita que intentaba perpetuar, la historia de toda una vecindad a lo largo de seis siglos, del XIII al XIX.

Pero de todos modos conservamos noticia de algunos enterramientos; por ejemplo, la familia Bucarelli que tuvo entre sus miembros un Virrey de México, y vanos Capitanes Generales y Almirantes. Tuvieron su bóveda familiar al pie de la Virgen de Rocamador.

Ante el altar de la Virgen de Belén está enterrado el célebre pintor Pedro Villegas Marmolejo, autor del cuadro de dicho altar. Resulta emocionante saber que la lápida de su tumba fue puesta por sus dos amigos Arias Montano y M. Pérez. La lápida, en pulcro latín redactada por Montano decía así: DEO VIVENTIUM PETRUS VILLEGAE MARMOLEJO, HISPALEM. PICTORI SOTERTISS. MORIBU INTEGERRIM. SENSU ET SERMONE OPORTUNISSIMO. ANNO LXXXVII. ARIAS MONTANO AMIC. VETER. UNI SOLI EX TESTAMENTO POS. VIATOR PACEM VOVETO M. Pérez ARCHITECTUS AMICITIAE ERGO INCIDED. V CHR N. MDXQVII.

Ante el altar mayor está la bóveda de enterramiento de Doña Mencía de Córdoba, en que se encuentran los restos de su sobrino Don Alonso Álvarez de Córdoba, dignidad de Arcediano de Niebla de la Catedral Hispalense.

En otros lugares del templo se encuentran los panteones familiares de los Jaén, los Fajardo, los Fernández Medina linaje de los Duques de Arcos, y la tumba del célebre personaje don Juan Ramírez de Arellano de Bustamante que fue marino, descubrió islas, se casó cinco veces y tuvo cincuenta y un hijos. A los noventa años dejó de navegar y fue profesor en la Escuela de Náutica. A los noventa y nueve estudió la carrera de sacerdote, y a los ciento cinco se ordenó, quedando en esta parroquia con misa diaria. Murió a los ciento veintiún años de edad, y no de muerte natural sino de un accidente al hundirse el puentecillo o pasarela que cruzaba la calle Jesús del Gran Poder (entonces calle de las Palmas) en tiempo de una inundación. Sabía, además del latín, siete idiomas de indios. Su muerte fue el año 1678.

José María de Mena,
Académico correspondiente de la Real Academia de la Historia.

(Publicado en el boletín parroquial Tu Parroquia nº 36, de fecha Julio-Septiembre de 2004).

Fotos: Fachada Principal

Incluimos distintas vistas de la fachada principal de la Parroquia. Si desea verlas en mayor tamaño, haga clic sobre cada una de ellas:

lunes, 23 de febrero de 2009

Calendario: Marzo-2009

El propósito de este calendario es el de ofrecer una visión de conjunto de las celebraciones que tendrán lugar en la Parroquia de San Lorenzo Mártir, de Sevilla, en el mes correspondiente. Si no constan aquí, el horario de misas y otros detalles se publicarán en Horarios Parroquiales cuando la fecha correspondiente se aproxime.

Cuaresma
1: I Domingo de Cuaresma. Eucaristía Principal de la Hermandad de la Soledad.
2:
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4: Celebración de Almas Pequeñas.
5:
6: Besamanos a N.P.J. ante Anás. Catequesis prebautismal (local, 20:00h.).
7: Besamanos a N.P.J. ante Anás. Bautizos parroquiales (11:45h.).
8: II Domingo de Cuaresma. Besamanos a N.P.J. ante Anás.
9:
10: Quinario a N.P.J. ante Anás.
11: Quinario a N.P.J. ante Anás.
12: Quinario a N.P.J. ante Anás.
13: Quinario a N.P.J. ante Anás.
14: Quinario a N.P.J. ante Anás y procesión claustral.
15: III Domingo de Cuaresma. Eucaristía Principal de la Hermandad del Dulce Nombre.
16: Catequesis prematrimonial (local, 21:00h.).
17:
18:
19: San José (precepto).
20: Besapiés al Stmo. Cristo del Mayor Dolor. Vía-Crucis con la misma imagen sagrada.
21: Besapiés al Stmo. Cristo del Mayor Dolor. Bautizos parroquiales (17:45h.).
22: IV Domingo de Cuaresma. Besapiés al Stmo. Cristo del Mayor Dolor. Bautizos parroquiales (10:45h.).
23: Catequesis prematrimonial (local, 21:00h.).
24:
25: Anunciación del Señor.
26: Traslado de la imagen de la Virgen del Dulce Nombre a su paso de salida.
27: Estación en nuestra Parroquia del vía-crucis de la imagen del Cristo del Buen Fin.
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29: V Domingo de Cuaresma (de Pasión).
30:
31: