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domingo, 1 de marzo de 2009

Artículo: El barrio o collación o Parroquia de San Lorenzo

Cuando San Fernando viene a la Reconquista de Sevilla traía ya preparado el plan de recristianización, reconstruyendo la diócesis que había brillado antes de la invasión de los árabes, primera quizás entre las de España, y en la que el sabio obispo San Isidoro había escrito las Etimologías para salvar del olvido la cultura hispanorromana. En su obra recogió todo el saber de entonces, desde la medicina a la construcción de barcos, la botánica, las artes, la arquitectura, la milicia y hasta los deportes.

Así, pues, San Fernando intenta devolver a Sevilla su pasado esplendor cultural, que había estado vinculado a la Iglesia, y para cuya restauración era indispensable recobrar el saber eclesiástico reponiendo el culto, la doctrina, la liturgia.

Para ello organiza la sociedad sevillana dividiendo la ciudad en parroquias, lo que equivale a dividirla en barrios, en collaciones, que es como se llaman en su tiempo.

La collación de San Lorenzo tiene sus límites por un lado en la calle Pascual de Gayangos, que entonces empezaría a llamarse, quizás, Espejo. Por otro lado el límite era La Laguna, que ocupaba lo que después sería convertido en Alameda de Hércules. Así que la actual calle Jesús del Gran Poder, antigua calle de las Palmas solo tenía casas en una acera, pues la otra era la orilla de La Laguna.

Por el costado opuesto llegaba hasta la muralla que iba por la actual calle Torneo, bordeándola. Y finalmente llegaba hasta las tapias del Convento de San Clemente, por la calle Lumbreras, desde la calle Santa Clara.

Sin embargo, no era todo ese territorio parroquia de San Lorenzo, pues las calles Guadalquivir, Pizarro, Álvaro de Bazán, Clavijo, último tramo de Lumbreras y Arte de la Seda formaban un barrio apartado que no pertenecía a la parroquia y ni siquiera pertenecía al arzobispado de Sevilla, pues se trataba de una jurisdicción exenta: la Orden Militar de San Juan de Jerusalén. La Orden Militar de San Juan de Jerusalén había sido fundada por los caballeros Cruzados en el año 1104, y estaba encargada del hospital de los Cruzados y de la defensa de los caminos que llevaban al hospital. Más tarde los caballeros de San Juan fueron encargados de la defensa de la ciudad de Acre, y la orden se llamó de San Juan de Acre. Después se denominó de los Caballeros de Roda y finalmente Orden de Malta.

La Orden Militar de San Juan participó en la reconquista de Sevilla, como parte principal del ejército de San Fernando, mandando esta tropa el Maestre Garci Pérez de Vargas. Por esta importante ayuda, el Santo Rey concedió a la Orden el pequeñísimo enclave territorial de esas minúsculas calles, pero con jurisdicción propia y parroquia que no dependía de San Lorenzo, sino del Vicariato de la Orden, que a su vez dependía directamente del Papa.

Esta jurisdicción exenta duró hasta mediados del siglo XIX en que, suprimido aquel privilegio, pasó a integrar esta parroquia de San Juan de Acre, en la parroquia de San Lorenzo, y su archivo, en este archivo parroquial, lo que constituye un auténtico tesoro documental.

El barrio de San Lorenzo o de San Llorente o San Laurencio, que de todas estas maneras se decía en la Edad Media, tenía en su interior varias huertas y numerosos jardines. Todavía a principios y casi hasta mediados del siglo XX existían en la calle Pascual de Gayangos un huerto y jardín al que acudían las señoras del barrio a comprar flores todo el año.

Las huertas y jardines fueron cediendo su espacio a la edificación, y así se construyeron palacios como el de Santa Coloma, y enfrente el de los marqueses de Torres de la Pressa, y en la calle Jesús del Gran Poder el de los condes de Bagaes, hoy Conservatorio Superior de Música; el de Santa Clara, hoy en obras para instalar el Museo de la Ciudad; el de Santa Ana en la calle de su nombre; el de San Francisco de Paula, de religiosos, que después fue iglesia protestante y actualmente templo del Sagrado Corazón y Residencia de los Jesuitas; y el de las Mercedarias en calle San Vicente.

Barrio de San Lorenzo. Uno de los más bellos de Sevilla, y que todavía a pesar de los cambios sociales, aún conserva mucho de su prestancia y de su encanto.

José María de Mena
Académico correspondiente de la Real Academia de la Historia.

(Publicado en el boletín parroquial Tu Parroquia nº 28 de Julio-Septiembre de 2002).

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